Descripción ilustrada comunicación no verbal

Hace unas semanas os presenté una infografía que recogía los caracteres básicos de la comunicación no verbal. Aquí quiero proponeros cómo actuar ante determinadas circunstancias.

A menudo percibimos sutiles -y no tan sutiles- movimientos, gestos, expresiones faciales, incluso cambios en nuestro cuerpo que nos indican que algo está pasando. Nuestra forma de hablar, de caminar, de sentarnos o de estar de pie, hablan por nosotros, reflejan de cara al exterior algo que sentimos en el interior.

Si somos más conscientes de esta comunicación y entendemos lo que significa, podremos comprender mejor a las personas con las que nos relacionamos. Este hecho nos permite comunicarnos más eficientemente, podemos mejorar nuestra comunicación con los demás y ser más conscientes de lo que nos están transmitiendo.

A veces emitimos mensajes contradictorios: decimos una cosa, pero nuestro cuerpo desvela un mensaje diferente. Este lenguaje no verbal puede afectar a cómo nosotros actuamos y cómo los demás reaccionan ante nosotros.

Situaciones en que los signos y las señales nos van a permitir comunicar de manera más efectiva

1. Primera impresión: confianza

Recuerda, por ejemplo, el día que conociste a un nuevo compañero/a de trabajo. ¿Cuál fue tu primera impresión? ¿Te dio confianza? ¿Te asociarías con él/ella? ¿Te convenció? ¿Entró con paso firme en la oficina, te mantuvo la mirada, te dio la mano con firmeza, o entró sin apenas hacer ruido, desviaba la mirada y te tendió una mano débil? Mientras conversábais, ¿te mantenía la mirada o la desviaba? ¿Su cara parecía relajada o tensa? ¿Cómo eran los movimientos de sus brazos, gestos amplios o más bien pegados al cuerpo?

Cuando observas a otras personas, es fácil identificar señales que muestran cómo se está sintiendo esa persona en ese momento, ya sea través de la postura o del tono de voz. Si estás a punto de entrar en una situación en la que no te sientes tan seguro como que te gustaría, por ejemplo dar una conferencia o asistir a una reunión importante, procura adoptar estos signos y señales que proyecten confianza:

  • Postura – la frente en alto, con los hombros hacia atrás.
  • Contacto con los ojos – sólido con una cara “sonriente”.
  • Gestos con las manos y los brazos – decididos.
  • Discurso – lento y claro.
  • El tono de voz – de moderado a bajo.

2. Una reunión difícil: tensión

Piensa en un momento en que estabas en una reunión difícil – tal vez una evaluación, una negociación de plazos, de responsabilidades o un contrato-.

En un mundo ideal, tanto tú como la otra persona deberíais estar abiertos y receptivos a escuchar lo que el otro tiene que decir, a fin de concluir la reunión con éxito. Sin embargo, puede ocurrir que la otra persona esté a la defensiva y no escuche.

Por este motivo, es importante identificar si tu interlocutor está realmente receptivo a lo que tú le estás diciendo. ¿Cómo saber si tu mensaje está cayendo en “saco roto”? Algunos de los signos que identifican que la persona a la que están hablando está a la defensiva:

  • Los gestos de la mano y del brazo son pequeños y se mantienen cerca del cuerpo.
  • Las expresiones faciales son mínimas.
  • La persona se sitúa físicamente lejos de ti.
  • Cruza los brazos por delante del cuerpo.
  • Sus ojos mantienen poco contacto o te rehuye la mirada.

Al interpretar estas señales, conviene cambiar lo que se está diciendo y cómo se dice para ayudar a la otra persona a sentirse más a gusto y estar más receptiva a lo que está escuchando. Del mismo modo, si sientes que eres tú quien está un tanto a la defensiva al encarar una situación de negociación, puedes monitorizar tu propio lenguaje corporal para asegurarte de que los mensajes que estás transmitiendo son los que expones en palabras y que estás abierto y receptivo a lo que se discute.

3. Trabajar con grupos: desconexión

¿Alguna vez te has encontrado presentando un proyecto y has tenido la sensación de que tu audiencia no estaba realmente interesada en lo que les estabas diciendo? ¿Te has encontrado alguna vez teniendo que dirigir un equipo con el objetivo de lograr un consenso sobre responsabilidades y plazos de entrega? ¿Estaba todo el mundo alineado para llegar a una solución, o existía cierta desconexión entre los miembros del equipo?

Idealmente, cuando tienes que hacer una presentación o trabajar con un grupo, quieres que la participación sea de todos los interesados al 100%. Ésto no siempre ocurre y en ocasiones es necesario implicar activamente a la audiencia, para ello es necesario que identifiques las señales de su “desconexión”:

  • Cabezas bajas
  • Mirada perdida o distrayéndose con otras cosas
  • Las manos jugando con la ropa o con los lápices
  • La gente puede estar escribiendo o haciendo garabatos
  • Pueden estar sentados hundidos en sus sillas

Cuando identifiques a ese alguien que parece no estar involucrado en lo que está pasando, puedes hacer algo para que él o ella vuelvan a participar y se centren de nuevo en el tema de la reunión, por ejemplo haciéndoles una pregunta directa.

Y mientras todo esto ocurre, no olvides que tu propio cuerpo debe también mostrar la confianza y la seguridad que quieres que exprese.

4. Detectar la mentira

De todo el lenguaje corporal no verbal que podemos observar, ser capaz de percibir si una persona está mintiendo o no, nos sitúa en una muy buena posición. Alguna de las señales que indican cuando alguien está mintiendo son:

  • Los ojos mantienen poco o nada de contacto, suele haber movimientos rápidos de los ojos y las pupilas están contraídas.
  • Las manos o los dedos están frente a la boca al hablar.
  • El cuerpo se vuelve físicamente lejos de ti, o hay gestos corporales inusuales / no naturales.
  • Aumenta su ritmo respiratorio.
  • Cambios en el tono de la piel, volviéndose de color rojo en la cara o el cuello.
  • Aumenta la transpiración.
  • Cambios en la voz, como el cambio en el tono, tartamudeo o carraspeo.

Es importante recordar que el lenguaje corporal de cada persona es ligeramente diferente. Si no encuentras ninguna de estas señales, tampoco debes creer a pies puntillas lo que tu interlocutor te está diciendo, ni al contrario. Aunque identifiques alguna de ellas, no siempre quiere decir que estén mintiendo, pueden ser reflejo de otros síntomas, como el nerviosismo.

Lo que sí puedes hacer, es utilizar estas señales como reclamo, para profundizar más sobre el tema y salir así de la duda. Pedir más detalles sobre algunas cuestiones es siempre útil, para contrastar la información con el lenguaje corporal de la persona, sobre todo en entrevistas de trabajo y en situaciones de negociación.

5. Interpretación del lenguaje corporal: no caer en generalizaciones

Ya he mencionado que cada persona es única, y que sus signos y señales podrían tener una causa subyacente diferente de la que sospechamos. Éste suele ser el caso cuando las personas tienen diferentes experiencias pasadas, y especialmente cuando las diferencias culturales son grandes. Por esta razón es importante comprobar que nuestra interpretación del lenguaje corporal es correcta.

Puedes hacerlo planteando nuevas preguntas, pero será importante que tu propio lenguaje corporal ayude a la otra persona a abrirse. Para desarrollar y poner en práctica habilidades de interpretación del lenguaje corporal es importante observar a la gente: en el autobús o en la televisión (quitando el sonido), tratar de averiguar qué están diciendo, o qué relación hay entre ellos.

Aunque no puedas nunca saber si tus suposiciones son ciertas, este ejercicio te ayudará a captar señales cuando seas tú quien esté interactuando con otras personas.

Y recuerda, si necesitas transmitir confianza: contacto visual, postura abierta y sonrisa. ¡Nunca falla!

Fuente