Cuando pensamos en creatividad, a menudo pensamos en pintores, diseñadores, arquitectos, como mucho investigadores, pero la creatividad es un “modo de hacer” y no un fin en sí misma, por lo que podemos aplicarla a cualquier faceta de nuestro trabajo.
Uno puede pensar “yo no soy creativo”, simplemente porque no sabe dibujar, pero la creatividad no va estrechamente ligada a las aptitudes artísticas de una persona. Tiene mucho más que ver con su estructura mental y existen métodos que pueden ayudar a ser creativo.
Cuando se hace un Brainstorming, al inicio aparecen las ideas “obvias” y sólo a medida que avanza el proceso –cuando nos permitimos licencias, libertades, y dejamos de juzgar y ser juzgados-, aparecen las ideas más novedosas, más inusuales, y en ellas encontramos la originalidad. Para ser creativos en la estrategia, una de las máximas se basa en no dar nada por supuesto, en olvidar los standards, lo de “siempre ha sido así”. Cuesta, porque nos han enseñado a tener una mente organizada linealmente, pero si somos capaces de romper esas barreras, seremos capaces de ser creativos.
Un ilustrativo ejemplo de creatividad en la resolución de problemas (*)
Siete directivos de alto nivel, con carrera, master y años de experiencia se sientan en una sala.
El dinamizador les plantea el problema: deben unir dos cuerdas que cuelgan de sendos clavos en el techo. Cada cuerda mide 0,5 m y están separadas entre si por 1,5 m.
Se plantean soluciones como mojarlas para que se alarguen, unirlas con un cinturón, etc. Hasta que uno de los directivos, se sube a una silla, descuelga una de las cuerdas y la ata a su gemela… este personaje no ha dado por supuesto que no se pudieran descolgar, ha roto una barrera que sus compañeros se habían formado, ha sido creativo.
Cuando pienses en tu próxima estrategia, ¡recuerda que la cuerda se puede descolgar!
(*) ejemplo extraído del libro de Edward de Bono “El pensamiento lateral”
Sigue la colección de resúmenes del libro de Edward de Bono en el post de Introducción al pensamiento lateral